El río Nilo no solo es el origen de una amplia mitología, sino que también constituyó un importante referente científico, en base al cual los antiguos egipcios fundaron su calendario. La salida helíaca de la estrella Sirius marcaba la época de las inundaciones del Nilo, que comenzaban el 15 de agosto del calendario moderno y, a su vez, daba comienzo a un nuevo año egipcio.
Antaño, los años egipcios se dividían en tres estaciones: inundación, siembra y cosecha, y todas contaban con una duración de cuatro meses. Debido a la importancia de la crecida del río, los antiguos egipcios crearon en Asuán dos Nilómetros para medir los niveles de agua.
Según la mitología antigua, las inundaciones del Nilo no son más que las lágrimas derramadas por la diosa Isis, de luto por la muerte de su amado esposo Osiris, mientras intentaba localizar todas las partes de su cuerpo, despedazado a manos de su malvado hermano Seth.
Esta fecha también conmemora el matrimonio de los antiguos dioses egipcios: Amón, dios creador normalmente asociado con el sol; Mut, la diosa madre; y el hijo de ambos, Jonsu, el dios lunar.
Por otra parte, si bien es cierto que los egipcios nunca han realizado un sacrificio humano durante la crecida del río (a menudo denominada la “novia del Nilo”), sí que lanzaban al río muñecas de madera de los dioses Amón, Mut y Jonsu, así como del faraón que estuviera en el trono en aquel momento, y las guiaban a contracorriente hasta el templo de Karnak. De este modo, las figuras llegaban hasta las fuentes del río, el origen de las inundaciones, como gesto de gratitud, respeto y esperanza en el mantenimiento de la prosperidad.
En la actualidad, y emulando a sus afamados antepasados, los egipcios todavía celebran el día de la crecida del Nilo preparando embarcaciones diseñadas con el estilo faraónico y surcando las aguas del río con flores, trajes de colores y alegres cánticos y bailes. Esta tradición, en la que prima el amor, se sigue realizando a modo de agradecimiento a su poderoso río por su lealtad, y como promesa de reciprocidad.